El egresado de la Carrera poseerá
las competencias que le permitan orientar el pensamiento del niño
ingresante, que aún está ligado a lo concreto y debe ser estimulado
a lo largo de la Educación Primaria, en un proceso que,
complementando las formas del pensamiento lógico-formal y analógico,
logre el desarrollo de la abstracción. Además, el interés del niño
por el mundo que lo rodea y su incesante búsqueda de comprender todo
aquello que se le manifiesta, debe tener respuesta en el docente, a
quien le corresponde la responsabilidad de generar aprendizajes que
son la puerta de acceso a todo conocimiento posterior. Por otra
parte, es necesaria la integración de todo lo expresado en un
desarrollo socio-afectivo equilibrado que implique la aprehensión de
valores y el respeto a la diversidad.
En toda transposición didáctica, el
docente incluirá estrategias de enseñanza que contemplen como eje la
formación en hábitos de trabajo y responsabilidad, sin excluir, por
ello, actividades lúdicas motivadoras e ingeniosas, que hagan del
aprendizaje una tarea placentera. La clase debe convertirse en un
verdadero cultivo de ideas y sentimientos, donde adquiera
importancia el trabajo que implique esfuerzos compartidos con los
pares y con el docente.
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